Soluciones antisépticas: qué son y por qué son importantes para los hospitales

Las soluciones antisépticas son una de las herramientas más importantes para combatir las infecciones hospitalarias, una de las principales lacras que enfrentan los hospitales. Esto no es solo un problema para las economías en desarrollo. En los países de la OCDE, alrededor de 4 millones de personas al año son víctimas de infecciones en los hospitales. Solo en la Unión Europea, se estima que más de 90.000 muertes anuales están directamente relacionadas con este problema, lo que representa una media del 6% del presupuesto de cada hospital (European Centre for Disease Prevention and Control).

Descubre qué son las soluciones antisépticas y en qué medida ayudan a controlar el riesgo de infecciones en un entorno hospitalario.

¿Qué son las soluciones antisépticas?

Las soluciones antisépticas son sustancias antimicrobianas que tienen como objetivo reducir, eliminar o inactivar los microorganismos en los tejidos. Se diferencian del acto de desinfectar en que este último se aplica únicamente a medios inertes contaminados, mientras que las soluciones antisépticas se aplican a tejidos vivos.

Sólo se obtiene una verdadera acción antiséptica si la superficie se limpia, aclara y seca previamente, por lo que estos primeros pasos son decisivos para la eficacia de los siguientes. Las soluciones antisépticas actúan de dos formas: por inhibición o por letalidad. En otras palabras, pueden impedir el crecimiento de microorganismos o ir más allá y matar bacterias, virus y hongos.

Algunos antisépticos combinan estas dos acciones de manera simultánea, estando asociada la eficacia a la rapidez del efecto letal. A pesar de su rapidez de acción, también tienen un efecto residual prolongado y persistente, especialmente en ausencia del aclarado. Algunas de las soluciones antisépticas más utilizadas en Portugal, por ejemplo, son el alcohol, la clorhexidina y la povidona yodada (sustancia presente en el Betadine).

El uso de estas y otras soluciones aporta varios beneficios en un entorno hospitalario, para la salud de pacientes y profesionales.

¿Cuáles son las ventajas del uso de soluciones antisépticas en hospitales?

El desplazamiento de los profesionales de salud, muchas veces sin la atención adecuada, combinado con el inadecuado procesamiento de materiales y fluidos, constituyen un escenario propicio para el desarrollo de infecciones. En este sentido, las soluciones antisépticas juegan un papel fundamental en las prácticas de control y prevención de infecciones, ya sea en la atención de pacientes en hospitales, ambulatorios, clínicas o centros médicos.

En estos entornos, la prevención comienza con algo tan simple como lavarse las manos. Dado que las manos entran en contacto directo con áreas anatómicas y materiales potencialmente infectados, la protección debe ser la primera prioridad.

Cualquier acción clínica o médica debe ser precedida por la asepsia de las áreas anatómicas involucradas, como por ejemplo la mucosa asociada a la inserción de catéteres, la desinfección de la piel para la preparación de una cirugía, así como el tratamiento de infecciones de la piel, la boca y la garganta.

El bloque quirúrgico siempre se ha percibido como el área donde el cuidado aséptico es aún más importante. La singularidad de este espacio, unida a la complejidad de los procedimientos e intervenciones que en él se desarrollan, lo convierte en el lugar donde existe un mayor grado de asepsia y adherencia a las técnicas de esterilización.

¿Cuáles son las soluciones antisépticas más comunes?

Las soluciones antisépticas tienen una aplicación prácticamente transversal a todos los procesos terapéuticos y quirúrgicos.

El alcohol es una de las soluciones antisépticas más utilizadas para desinfectar las manos, la simple fricción reduce significativamente la presencia y transmisión de microorganismos, con la consiguiente disminución de las tasas de infección. Además, es muy bien tolerado por la piel, tiene un bajo nivel de toxicidad y es de rápida acción, sin que represente un coste significativo en la gestión hospitalaria.

La clorhexidina también se utiliza para la desinfección de manos y, sobre todo, para la antisepsia bucal. También tiene buenos resultados contra la colonización y la infección bacteriana resultantes de la colocación de catéteres vasculares y epidurales.

También se ha recomendado el uso de povidona yodada para la inserción de catéteres intravasculares, y especialmente para la desinfección del tracto urogenital interno y externo y el cateterismo vesical. Es ampliamente utilizado para desinfectar la piel lesionada, como heridas, úlceras en las piernas y quemaduras.

¿Cómo utilizar soluciones antisépticas?

El uso de soluciones antisépticas requiere varias precauciones, para que sea realmente eficaz y proteja a quienes las utilizan. Estas son las 4 recomendaciones principales a seguir.

1. Respetar el modo de utilización y conservación

La primera y más obvia recomendación es que estas soluciones se utilicen sobre tejidos vivos, como piel y mucosas, y no sobre materiales, como para desinfectar recipientes. Otro aspecto a tener en cuenta es que la antisepsia únicamente se realiza sobre tejidos previamente lavados, después de limpiar, enjuagar y secar la zona.

Es fundamental respetar este modo de utilización, la concentración y el tiempo de contacto del antiséptico, así como las fechas de caducidad. La conservación es otro punto crítico y las soluciones deben almacenarse protegidas de la luz y el calor, especialmente si son inflamables.

2. Atención a las contraindicaciones

Como cualquier otro medicamento, la mayoría de las soluciones antisépticas tienen contraindicaciones, que deben respetarse. Los principales están relacionados con la edad de los pacientes, pero también pueden existir restricciones en el tejido a aplicar.

Lo mismo ocurre con los productos de lavado que se utilizan antes de la antisepsia. También es importante no mezclar ni utilizar dos antisépticos seguidos: siempre se debe utilizar la misma familia de estos medicamentos.

3. Limita el uso de antisépticos

El uso de antisépticos debe estar regulado y existen varias formas prácticas de hacerlo. La primera es individualizar los antisépticos utilizados en pacientes en aislamiento de contacto, para evitar que sean reutilizados en otros pacientes.

Después del alta, los envases deben desecharse. Para evitar poner en riesgo a los pacientes, es importante limitar la cantidad de antisépticos utilizados en el mismo servicio y evitar almacenar grandes cantidades en las unidades de atención. Debe predominar el uso de monodosis o envases pequeños, para facilitar la limpieza entre dos utilizaciones.

4. Crear una política de gestión de antisépticos

Para promover un uso correcto de los antisépticos, se necesita una política específica para gestionar todo su ciclo de vida, desde su compra hasta su desecho. Preferencialmente, esta guía debe ser elaborada por un grupo multidisciplinar, compuesto por farmacéuticos, médicos y enfermeros.

El protocolo de gestión debe quedar documentado y ser editado con regularidad. Este documento puede tomar muchas formas, como una checklist o un diagrama de flujo. Pero deberá divulgarse a todo el equipo a través de formación y prácticas específicas.

El ambiente hospitalario es, por naturaleza, propicio al desarrollo de bacterias dañinas para la salud, y el desafío es garantizar la seguridad diaria tanto de los pacientes como de los profesionales de salud.

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