ESG: las siglas que están transformando el mundo

Desde 2022, todas las empresas de la UE que cotizan en bolsa deben presentar informes ESG, que incluyen las prácticas sostenibles y socialmente responsables llevadas a cabo. Además, a partir de 2024, las grandes empresas también deberán publicar estos informes. Pero cumplir con los criterios ESG tiene muchos otros beneficios más allá del cumplimiento de la ley. Descubre en qué consiste y cómo gestionar tu negocio siguiendo estos principios.

¿Qué significa ESG?

La abreviatura ESG significa “Environmental, Social and Governance”, en castellano hace referencia a tres factores, ambiental, social y de gobierno. Estos tres conceptos designan los estándares que las empresas deben seguir para aumentar su compromiso con la sostenibilidad.

Concretamente, el concepto “Environmental” se refiere a la contribución de una empresa con el medio ambiente. De esta forma, se espera que las empresas adopten prácticas y medidas para combatir el cambio climático y la contaminación del aire y del agua. En la práctica, esto significa adoptar procesos eficientes desde el punto de vista energético, alcanzar la neutralidad de carbono y llevar a cabo una gestión eficaz de los residuos.

La vertiente “Social”, atiende a aspectos como empleo, salud, derechos humanos, seguridad o diversidad. Por ejemplo, las empresas pueden marcar la diferencia con buenas prácticas de privacidad y protección de datos, o fomentando conexiones positivas con empleados, proveedores y comunidad.

Por último, el concepto “Governance” engloba todas las cuestiones relacionadas con el gobierno corporativo. Es decir, analiza el comportamiento de la administración y del equipo directivo de las empresas, el cumplimiento de la legislación laboral, remuneraciones, auditorías, códigos éticos, transparencia y normas anticorrupción, entre otros.

¿Qué significa una gestión ESG?

Una gestión que sigue los criterios ESG se guía por la búsqueda de resultados sostenibles a largo plazo. Implica la búsqueda de prácticas y mejoras para hacer que las empresas sean más activas como agentes de transformación social y ambiental, y ya existen varios buenos ejemplos de estos conceptos en la práctica.

Uno de estos ejemplos es IKEA, por su compromiso de reducir sus emisiones de carbono en un 80% hasta 2030. La marca también está invirtiendo en la creación de muebles fabricados a partir de materiales renovables y reciclables. Además, esta misión no se limita a su actividad interna, también promueve acciones para sensibilizar a sus clientes sobre el papel de cada uno en la construcción de un mundo más sostenible.

Por otro lado, Microsoft también se suma a esta tendencia. En 2020, la marca se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono en 2030, lo que equivale a eliminar todo el dióxido de carbono emitido desde su fundación en 1975. Además, la publicación del informe Racial Equity Initiative: Strengthening Our Communities fue clave para combatir la injusticia racial y así promover la diversidad y la inclusión.

¿Por qué es importante integrar un modelo de gestión ESG?

Integrar un modelo de gestión ESG en las empresas es cada vez más importante para el planeta debido a los efectos del cambio climático. Por un lado, ayuda a garantizar que las empresas cumplan de manera ética y transparente con las leyes ambientales y sociales. Por otro lado, contribuye a salarios más justos y condiciones de trabajo más seguras y saludables, con un impacto real en la vida de las personas.

La implementación de prácticas ESG permite a las empresas ser más competitivas y resilientes a largo plazo, así como generar una mejor notoriedad con clientes y empleados. Además, se ha demostrado que este modelo de gestión aporta un importante valor añadido a las empresas, con un impacto en el valor de mercado.

Según un estudio de S&P Global, los productos y servicios que siguen prácticas sostenibles fueron responsables de cerca del 50% de los resultados obtenidos. Además, los datos publicados por PwC revelan que la mayoría de los consumidores serán más fieles a una marca que apoye causas medioambientales o sociales.

Fonte: PwC

De este modo, adoptar prácticas ESG es una oportunidad para que todas las empresas mejoren sus resultados y ganen la confianza de los consumidores.

¿Cómo gestionar tu negocio siguiendo los criterios ESG?

Todas las empresas pueden implementar medidas para definir su modelo de gestión con base en los criterios ESG.

1. Criterios ambientales: reducir la huella ecológica de la empresa

Para reducir tu impacto ambiental y aumentar tu contribución a la conservación y sostenibilidad, sigue estos consejos:

• Optar por equipamientos más eficientes;
• Usar energías renovables y que no emitan contaminantes, como la eólica y la solar;
• Desarrollar envases reciclables, o embalajes que utilicen menos plástico;
• Hacer un uso consciente y responsable del agua y la electricidad;
• Implementar campañas de sensibilización internas y externas para el ahorro de los recursos naturales;
• Garantizar una correcta gestión de residuos.

2. Criterios sociales: promover la igualdad de oportunidades

Es importante que las empresas promuevan el desarrollo de una cultura empresarial atractiva capaz de retener talento, mantener una baja rotación de personal y así garantizar el crecimiento. Las principales acciones son:

• Evaluar el nivel de satisfacción del cliente;
• Garantizar la seguridad y privacidad de los datos;
• Fomentar la diversidad, la inclusión y la igualdad de género en los empleados;
• Realizar proyectos sociales y promover acciones de implicación en la comunidad local;
• Respetar los derechos humanos y la legislación laboral;
• Garantizar unas condiciones de trabajo justas.

3. Criterios de gobierno: llevar a cabo una gestión transparente y prudente de las inversiones

Las empresas que llevan a cabo una gestión responsable y ética atraen inversores, clientes y socios. Algunos de los aspectos clave a considerar son:

• Gestionar con prudencia las inversiones para diversificar y mitigar el riesgo empresarial;
• Garantizar la buena gestión de las remuneraciones y derechos de los socios y accionistas;
• Implementar medidas estructurales para combatir la corrupción, como por ejemplo, la creación de un canal de denuncia;
• Proporcionar acceso a informes y cuentas completos y transparentes.

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