Desinfectantes alimentarios: qué son, por qué son importantes y cómo elegirlos

Los desinfectantes alimentarios son esenciales para prevenir uno de los mayores problemas de la industria alimentaria: la propagación de enfermedades. El impacto se siente no solo en la salud de consumidores y profesionales, sino también en los resultados de las empresas. Descubre cuáles son estos productos, por qué son tan importantes y cómo elegirlos y usarlos.

¿Qué son los desinfectantes alimentarios y cuáles son los más comunes?

Los desinfectantes alimentarios son sustancias que sirven para eliminar virus, bacterias y otros microorganismos presentes en los productos destinados al consumo humano. Los más comunes están hechos a base de cloro, y se pueden encontrar en forma líquida o en pastillas.

Ejercen un rápido efecto biocida, con un amplio espectro de acción, y son efectivos contra todo tipo de microorganismos – bacterias, virus, hongos, gérmenes y también esporas. Son eficientes a bajas temperaturas y generalmente económicos. Además, al no contener sustancias alcalinas o impurezas comúnmente presentes en los desinfectantes comunes, no alteran el sabor de los alimentos y conservan sus propiedades.

Las bacterias pueden asentarse en los alimentos en cualquier punto de su ciclo de producción y distribución (durante el transporte o el almacenamiento) y, si no se eliminan de manera efectiva, pueden representar un riesgo para la salud pública. Por ello, las empresas del sector alimentario, especialmente en el área de restauración y catering, deben prestar especial atención a este procedimiento y garantizar una correcta higiene de todo tipo de verduras, hortalizas y frutas que vayan a consumirse crudas.

¿Cuál es la importancia de estos desinfectantes en la industria alimentaria?

Según los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran alrededor de 600 millones de casos de enfermedades causadas por la contaminación de los alimentos, lo que se traduce en 420.000 muertes. Teniendo en cuenta que muchos síntomas están relativizados y, por tanto, no sujetos a atención médica, la realidad puede ir mucho más allá de las cifras oficiales.

Las enfermedades diarreicas son las más frecuentes y constituyen la octava causa de muerte a nivel mundial. Los niños corren un mayor riesgo porque sus sistemas inmunológicos no están completamente desarrollados, pero los ancianos o las personas con enfermedades crónicas también son más vulnerables. Además, la contaminación de los alimentos es responsable de alrededor de 100.000 millones de euros anuales en pérdida de productividad y gastos médicos.

La industria alimentaria tiene un papel clave en la prevención de las enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos contaminados, ya que debe implementar y mantener estrictas prácticas de higiene alimentaria. Especial atención merecen los productos que se consumen sin la acción del calor, es decir, no cocidos, ya que tienen una mayor probabilidad de desarrollo bacteriano.

Para garantizar la calidad y seguridad del consumo, las empresas deben utilizar desinfectantes destinados a la industria alimentaria, que han demostrado eficacia para combatir los microorganismos que están en el origen de la contaminación.

Esta preocupación no debe centrarse solo en los productos alimenticios, sino también en los utensilios y equipos de cocina, ya que están en contacto directo con los alimentos. En este sentido, la máquina de lavado industrial MultiWasher ha perfeccionado los procesos de desinfección alimentaria, higienizando de forma eficaz diversos utensilios como sartenes, platos, bandejas, carros de transporte y mucho más. Es una forma de garantizar la salud y la seguridad alimentaria de clientes y consumidores.

¿Cómo elegir y utilizar los desinfectantes alimentarios?

El uso de desinfectantes alimentarios es muy sencillo. Sin embargo, hay algunas precauciones a tener en cuenta.

1. Comprueba si el desinfectante alimentario está certificado

Existe una gran variedad de productos y marcas disponibles en el mercado, con diferentes composiciones y aptos para diferentes tipos alimentos. Lo más importante a la hora de elegir un desinfectante alimentario es verificar que esté certificado. Las sustancias biocidas son inspeccionadas y autorizadas por la Unión Europea, y previamente sometidas a pruebas de eficacia realizadas en laboratorios certificados.

Asegúrate de que el producto elegido cumple con la normativa vigente y que tiene una eficacia demostrada frente a la actividad bacteriana.

2. Elimina la materia orgánica

En primer lugar, es importante señalar que los desinfectantes alimentarios pierden su eficacia en presencia de materia orgánica. Por ello, antes de proceder a la desinfección, se debe eliminar cualquier resto orgánico, pero preferiblemente sin agua, para reducir el consumo de este recurso.

Lava manualmente hoja por hoja y fruta por fruta, para garantizar la eliminación de larvas, insectos o parásitos. Luego, aplica el desinfectante para eliminar todos los microorganismos invisibles a simple vista, para así no poner en riesgo la salud de los consumidores.

3. Deja actuar el desinfectante

La acción biocida de los desinfectantes no es inmediata, por lo que suele ser necesario esperar un tiempo para que se active el efecto. Los tiempos de contacto varían según el tipo de desinfectante y el fabricante, por lo que debes seguir siempre las instrucciones del envase. Sigue también las instrucciones con respecto a la concentración del producto, para no comprometer la efectividad de la acción desinfectante.

El incumplimiento de estas pautas puede provocar la formación de esporas y la resistencia a los desinfectantes, que es otro problema grave en la industria alimentaria. También se recomienda alternar el uso de desinfectantes alimentarios para evitar el desarrollo de resistencias bacterianas al principio activo.

4. Evita el contacto con piel y ojos

Existen otras precauciones importantes y que generalmente están documentadas en la ficha técnica de cada desinfectante. Por tanto, es importante que leas atentamente la información del envase antes de utilizarlo.

Las precauciones más comunes son evitar el contacto del producto con los ojos y, si esto sucede, lavar inmediata y abundantemente con agua y buscar atención médica. En caso de ingestión accidental, no hay que provocar el vómito, sino que lo más recomendable es consultar a un médico lo antes posible, llevando siempre el envase o la etiqueta.

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