Gestión de Calidad: la respuesta a un contexto de incertidumbre

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Inflación, guerra y emergencia ambiental. En este contexto, administrar un negocio es un desafío para cualquier sector. Descubre por qué la gestión de calidad puede ser la respuesta.

La gestión de calidad es un concepto con décadas de existencia que ha ayudado a empresas de todos los sectores a reducir costes, incrementar ventas y enfrentar contextos adversos. Actualmente, la inestabilidad de la guerra, junto con la inflación desenfrenada y la emergencia climática están haciendo que la eficiencia sea una prioridad cada vez más importante para los próximos años. ¿Puede la gestión de calidad ser la respuesta?

¿Qué es la gestión de calidad?

La gestión de calidad incluye una serie de procesos que tienen como objetivo garantizar que los productos o servicios se producen dentro de las normas o límites establecidos. Esta regla se aplica a cualquier producto, ya sea el diámetro de las manzanas, el sabor de un alimento o la velocidad de un procesador. Sólo así es posible responder a las necesidades y expectativas de los clientes, y conseguir que el rendimiento de hoy sea igual o superior al de ayer.

A través de la gestión de calidad se controlan, estandarizan y evalúan permanentemente los procesos más críticos de una empresa, ya que la preocupación no es sólo garantizar la calidad, sino mejorarla continuamente. Esto no solo se aplica al área de producción, sino a todas las áreas de la empresa: recursos humanos, atención al cliente, tratamiento de datos, gestión financiera o servicio posventa.

Esto está lejos de ser un concepto nuevo: fue la preocupación por la gestión de calidad lo que salvó a Toyota de la insolvencia después de la Segunda Guerra Mundial y lo que convirtió al fabricante japonés en uno de los principales actores mundiales del sector automovilístico. En ese momento, se vivían momentos de enorme incertidumbre, inflación y caída de ingresos.

Hoy, la preocupación por la calidad puede ayudar a muchas empresas a afrontar el contexto macroeconómico actual, siendo las grandes organizaciones un ejemplo. Nestlé, la empresa de alimentos más grande del mundo en términos de facturación, es un excelente ejemplo de este alcance. El sistema de gestión de calidad de Nestlé cubre todos los aspectos del negocio, desde las materias primas hasta el producto final, desde el servicio al cliente hasta la gestión. El sistema incluye procedimientos para el control y test de materiales, productos y procesos, y su implementación está garantizada por un organismo independiente. Nestlé actualiza regularmente las prácticas de calidad para garantizar que sigan siendo relevantes y eficaces.

Pero la necesidad de un sistema de gestión de calidad sólido no es exclusivo del sector alimentario. Nike, que subcontrata toda su producción, sigue un proceso que abarca una vasta cadena logística de más de 100 fábricas en todo el mundo. Todo comienza con la fase de desarrollo, donde los productos se crean para cumplir con criterios de calidad específicos. Más tarde, Nike prueba los productos para asegurarse de que cumplen con todos los requisitos. Y, antes incluso de iniciar la fase de industrialización, los modelos que no superan las pruebas son rediseñados. Cuando comienza la producción, Nike supervisa de cerca cada paso e inspecciona el producto final antes de enviarlo a los clientes.

Además, el gigante del calzado ha ido un paso más allá y ha renovado su estrategia de abastecimiento para priorizar proveedores que demuestren liderazgo en responsabilidad corporativa y sostenibilidad. En 2005, se convirtió en la primera empresa del sector en publicar un listado completo de las fábricas de su cadena de valor.

En Somengil, también nos tomamos muy en serio la gestión de calidad. A la hora de desarrollar MultiWasher para cada instalación, y una vez definidos los requisitos, se pasa a una fase de modelado tridimensional donde se diseñan todos los componentes. El objetivo es realizar simulaciones virtuales de la interacción entre los componentes, e incluso la simulación de la incidencia de los chorros de lavado sobre los objetos a lavar. Este proceso permite realizar varias optimizaciones antes de iniciar la producción física, una vez más reduciendo al máximo los residuos.

La gestión de calidad es, por tanto, un requisito obligatorio para todas las empresas que quieran mantenerse y prosperar en el mercado. De lo contrario, la empresa se pone en una posición de riesgo, aumentando la probabilidad de ser superada por la competencia.

¿Cuál es la importancia de un sistema de gestión de calidad?

Las empresas que adoptan un sistema de gestión de calidad se benefician de varias ventajas, a corto, medio y largo plazo.

Reducción de costes

Invertir en gestión de calidad es una forma de reducir costes, ya que se optimizan más los procesos, eliminando trabajo duplicado, desperdicios, reclamaciones clientes y daños a la reputación de la marca. Además, los encargos están mejor controlados y el flujo de caja es más consistente. Así, es posible producir más, con menos coste y en menor tiempo.

Esta preocupación es especialmente importante en un contexto de aumento de precios, como el provocado por una inflación galopante o cadenas logísticas debilitadas. La gestión de calidad en tiempos de inflación ayuda a las empresas a mantener los costes bajos y seguir siendo competitivas.

Mayor competitividad

Las empresas que invierten en un sistema de gestión de calidad se vuelven más competitivas. Los procesos son más ágiles, los productos más robustos, los recursos humanos más desarrollados y el número de fallos es menor, y todo esto coloca a la empresa por delante de la competencia.

Consistencia de los productos

Como la gestión de calidad implica la estandarización de procesos, desde la adquisición de materias primas hasta el servicio posventa, el resultado final también se vuelve más consistente. De esta manera, el público puede esperar un producto o servicio constante a lo largo del tiempo. Como resultado, es más fácil cautivar y fidelizar a los clientes, además de convertirlos en embajadores de la marca.

Imagen en el mercado

La gestión de calidad tiene un gran impacto en el desempeño empresarial y en la imagen proyectada en el mercado. Por ejemplo, la Certificación ISO 9001 es el estándar de calidad internacional que demuestra la capacidad de una empresa para proporcionar productos y servicios basados ​​en las mejores prácticas de gestión. Esta es una excelente tarjeta de presentación para atraer inversores, abriendo nuevas oportunidades en el mercado. De este modo, la empresa gana una mejor posición en el mercado.

5 buenas prácticas generales de un sistema de gestión de calidad

Existen algunas formas efectivas de garantizar la calidad en los procesos de cualquier empresa. Por ejemplo, la metodología 5S ha sido ampliamente adoptada por un número creciente de empresas, ya que permite espacios de trabajo más productivos, ergonómicos y seguros, con menos desperdicio y de mayor calidad.

Especialmente para líneas de montaje y cadenas de suministro, el método Kaizen ha demostrado su eficacia para eliminar el desperdicio en las operaciones, transformando la empresa desde dentro.

Pero independientemente del sistema de gestión de calidad adoptado, es imprescindible seguir estas 5 buenas prácticas:

1. Involucrar a las personas

Para que cualquier sistema de gestión de calidad funcione, es esencial que todos los involucrados estén completamente comprometidos con el proceso. Sin esto, garantizar la calidad de un producto es prácticamente imposible. Cuando todos entienden el impacto de su trabajo en el resultado final, es más fácil aumentar la participación y el compromiso de todos. Por lo tanto, promover el diálogo es crucial.

2. Invertir en formación

La mejora continua implica también la formación continua. Es una forma de aumentar la capacidad de los empleados para dar respuesta a contextos profesionales cada vez más exigentes, donde la innovación, la competitividad y la necesidad de evolución son una constante. De esta forma, la formación conduce a la ejecución de un trabajo de excelencia, contribuyendo al aumento de la calidad de una empresa.

3. Apostar por equipamientos fiables

Además de invertir en recursos humanos, poner atención en los recursos materiales también es fundamental para garantizar la calidad en los procesos de una empresa. Son los equipamientos los que permiten estructurar las tareas diarias, integrando los diversos sectores y automatizando algunas tareas, permitiendo un resultado dentro de las expectativas.

Un buen ejemplo de lavado industrial es MultiWasher, una máquina de última generación que permite higienizar impecablemente cualquier utensilio. Utiliza las cantidades estrictamente necesarias de energía, agua, detergente y desinfectante para evitar desperdicios y garantizar la perfección del lavado.

4. Garantizar un correcto mantenimiento

Para que los equipamientos mantengan un alto rendimiento, es importante garantizar su correcto mantenimiento. Además, una interrupción forzada tiene consecuencias. Surgen reclamaciones por parte de los clientes, entregas fallidas, ventas que no se completan, aumento de los costes de reparación y una mayor probabilidad de accidentes laborales. Por lo tanto, un mantenimiento proactivo y constante es esencial como una buena práctica de un sistema de gestión de calidad.

5. Revisar los procesos

Los procedimientos y el mercado en su conjunto están en constante cambio. Por ello, es importante revisar los procesos permanentemente para garantizar que el trabajo se siga realizando dentro de los estándares de calidad. Con cada nueva revisión, es importante validarla junto con los empleados, ya que estos ajustes tienen como objetivo facilitar y no dificultar las tareas.

Somengil, calidad certificada al servicio del lavado industrial

Para las empresas con ambición global, invertir en un sistema de gestión de calidad ya no es una opción sino una obligación. Además, es necesario contar con las herramientas y el equipo adecuados. En el caso concreto del lavado industrial, puedes contar con MultiWasher, la solución tecnológicamente más avanzada para la limpieza de cualquier tipo de utensilios.

Las empresas encuentran en MultiWasher el alto rendimiento que necesitan para perfeccionar la calidad del lavado industrial, con unas prestaciones sin precedentes en términos de eficacia, eficiencia, sostenibilidad, ergonomía y diseño, y aprovechando al máximo los recursos. Apúntate a nuestro webinar y comprueba tú mismo el impacto que MultiWasher puede tener en el éxito de tu negocio.

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